¿Qué determina la susceptibilidad a la infección por un virus?
Todos los individuos difieren en su susceptibilidad a las infecciones virales. Así, numerosos estudios han determinado que el curso clínico de cualquier paciente infectado con un virus está determinado en última instancia por la compleja interacción paciente-virus.
En el caso de la mayoría de los virus, la aparición o no de signos clínicos viene determinada por un sinfín de condiciones, algunas de las cuales pueden ser analizadas e investigadas por expertos con Maestría en Enfermedades Infecciosas en el Servicio de Urgencia. Los esfuerzos por comprender las bases genéticas y metabólicas de la susceptibilidad del paciente a la infección vírica han llevado a la identificación de algunos de los genes y vías metabólicas que desempeñan un papel clave en la determinación del resultado de las interacciones entre el virus y el huésped.
Virus y factores.
Los virus son partículas infecciosas que dependen de la maquinaria celular del huésped para replicarse, por lo que es fácil imaginar cómo los antecedentes genéticos y metabólicos del huésped pueden influir significativamente en el resultado de una infección viral.
Múltiples factores innatos (por ejemplo, la edad, el estado nutricional, la genética, la competencia inmunitaria y las enfermedades crónicas preexistentes) y variables externas (por ejemplo, la terapia farmacológica concurrente) influyen en la susceptibilidad general de una persona expuesta a un virus.
Los genes implicados en nuestra susceptibilidad a los virus
La susceptibilidad viral y la progresión de la enfermedad están determinadas por la variación genética del huésped. Se ha informado de la contribución de los polimorfismos del huésped a la susceptibilidad a la infección viral para múltiples virus. Por ejemplo, un polimorfismo en el correceptor celular CCR5 impide que el VIH-1 entre en la célula, haciendo que algunos individuos sean resistentes.
Los polimorfismos genéticos del huésped que afectan a la respuesta de la infección viral se han estudiado sólo para unos pocos virus. Sin embargo, investigar el efecto de los polimorfismos causales en humanos es complicado porque los métodos genéticos para detectar polimorfismos raros o de pequeño efecto son limitados y, obviamente, la manipulación genética no es posible en las poblaciones humanas. Por lo tanto, la base genética de la susceptibilidad viral individual sigue siendo, en su mayor parte, elusiva.
Cómo contribuye el metabolismo a la susceptibilidad a los virus
El estado nutricional del huésped es importante para la susceptibilidad a las enfermedades infecciosas (y su gravedad); una nutrición inadecuada perjudica el funcionamiento del sistema inmunitario, aumentando así el riesgo de virulencia y enfermedad.
Los virus (especialmente los de genoma pequeño, como el DENV) dependen del metabolismo del huésped para replicarse.
Dada esta importancia del metabolismo central, es fácil imaginar cómo las vías fisiológicas y metabólicas individuales determinadas por factores dietéticos y ambientales pueden influir en la virulencia.
El aumento de la respuesta inmunitaria innata contribuye al resultado sintomático
Estudios recientes informan que la infección con YF17D, un pequeño virus atenuado de ARN monocatenario de sentido positivo con capacidad vectorial limitada, induce una enfermedad febril aguda en aquellos sujetos que mostraron una activación de las respuestas inmunitarias innatas en el primer día tras la vacunación.
Se descubrió que aquellos con una mayor susceptibilidad al desenlace sintomático mostraban una mayor abundancia de transcritos/metabolitos relacionados con la respuesta al estrés del retículo endoplásmico y una menor actividad del ciclo del ácido tricarboxílico (TCA), también conocido como ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs.
Conclusión.
Los factores genéticos, dietéticos y ambientales influyen en una infección vírica. Además, recientemente se ha demostrado que el uso de ciertas vías metabólicas, así como el microbioma del huésped, influyen profundamente en el sistema inmunitario y podrían, por tanto, afectar al estado inmunometabólico de partida.
Muchos virus infectan a los seres humanos y la mayoría son controlados satisfactoriamente por el sistema inmunitario con un daño limitado a los tejidos del huésped. Sin embargo, algunos virus causan daños manifiestos en el individuo, ya sea en casos aislados o como una reacción que suele producirse tras la infección.
En el resultado influyen las propiedades del virus, las circunstancias de la infección y varios factores controlados por el huésped, como la susceptibilidad genética, la edad de la persona, la vía de infección y la inducción de células y proteínas antiinflamatorias, así como la presencia de infecciones concurrentes y la exposición anterior a agentes de reacción cruzada.